George Best

El “Quinto Beatle” que el fútbol conoció

Nacido el 22 de mayo de 1946 en Belfast, George Best se hizo de un nombre en el Olimpo del fútbol al poco tiempo de haber debutado en Manchester United, a los 17 años. A los 19, el “Quinto Beatle”, como se lo conocía en ese tiempo, ya había ganado el Balón de Oro. Picante con la lengua, llegó a inmortalizar frases como, “si yo hubiera nacido feo, nadie hablaría de Pelé”. Best fue un surfista abocado a brillar en su propio espiral de desgracias. Peleó contra su adicción a las drogas y ganó, pero lo que nunca pudo superar hasta su muerte -solo en un hospital de Londres-, en noviembre de 2005, fue su problema con el alcohol. Best fue lo más parecido a una estrella de rock perdida en un estanque como el fútbol. “Tenía una casa cerca del mar, pero para ir a la playa había que pasar por delante de un bar. Nunca me bañé”, se lo solía escuchar decir a este genio que jugó durante 11 temporadas en los “Diablos Rojos”, donde fue ídolo absoluto. Las mujeres eran su otra perdición. Recibía hasta 10.000 cartas por semana de sus fans, con propuestas incluidas: “gasté un montón de dinero en coches, mujeres y alcohol. El resto simplemente lo malgasté”.

Julio Alberto Moreno Casas

“Nunca recordaré haber muerto”

La vida de este madrileño de 60 años puede describirse como una historia de superación y de caídas constantes. De familia humilde, este lateral zurdo que supo brillar en Atlético Madrid, Barcelona (y la selección española), entre otros clubes, además de compartir la despedida del francés Michel Platini con Diego Armando Maradona, fue víctima de diferentes abusos en su niñez. “Te podían violar, pegar, robar. Te podía pasar cualquier cosa. Yo no entendía por qué estaba allí, si tenía padre y madre. No entendía nada. En verano nos mandaban tres meses de campamento. A los doce años fui violado dos veces por un celador. Fui violado muchas veces más siendo todavía un niño. No sé cómo he podido sobrevivir a eso y tener la cabeza amueblada. Sodomizar a un niño es algo espantoso”, cuenta en su libre Julio Alberto, que también confesó haber compartido vida con 21 mujeres en 21 hogares diferentes. Fue adicto al alcohol y a las drogas, cuando conoció las mieles de la fama en el fútbol. “Yo llevaba un cartel luminoso que decía: ‘Julio Alberto, drogadicto’. Y empezar así es atroz, sabes que todos te cuestionan, te miran...”, cuenta en la biografía que lleva el título de esta nota: “Nunca recordaré haber muerto”. Moreno Casas es un hombre que sabía entrevistarse con milagros. Sobrevivió a tres accidentes de avión. Yendo a Ecuador: una de las puertas del avión se abrió. Otro: aterrizaje en Ginebra con un motor en llamas. Y el tercero: entró un rayo por la parte de atrás hasta que salió por delante y no se podía aterrizar. “Finalmente, a unos 500 metros del mar aterrizamos en Valencia”.

Paul Gascoigne

Paul Gascoigne

El infierno lo retuvo, hasta que por fin encontró una salida celestial

Estrella del fútbol europeo durante las décadas del 80 y 90, Paul Gascoigne (Tottenham, Lazio y Newcastle, entre otros) perdió completamente el control con el alcohol luego de colgar los botines en 2005. El tobogán por donde el nacido hace 57 años en Duston (Reino Unido) caía era lo más parecido a un abismo sin fondo. Perdió casi todo, menos la vida: quedó en bancarrota y el alcohol lo llevó a protagonizar episodios escandalosos, como mostrarse en bata semidesnudo por la calle, con botellas de alcohol, hasta múltiples peleas en cuanto evento lo invitaban. Después de reintentarlo una y otra vez, surgió lo que se conoce como “El Milagro Gascoigne”, el ex crack de los “Spurs” cambió adicciones por vida libre y hoy lleva una vida normal. Eso sí, el pasado todavía no lo ha abandonado: tiene pendiente un juicio por agresión sexual. Según trascendió, Gascoigne  habría “abrazado” a una mujer en un tren sin su consentimiento.

En los últimos meses, Gascoigne se dedicó a recuperarse de sus fantasmas. Se muestra en redes sociales, donde comparte con sus fans su evolución. Juega al golf, sale de pesca y también se sumó al boom del running. También está cerca de su hijo Regan. Quien fuera figura estelar de la Premier League, dueño de 110 goles en su carrera y con 57 partidos como hombre de selección, hoy le sonríe de nuevo a la vida.

Paul Merson

Esa primera “inversión” que lo dejó en la ruina

Quién lo hubiera dicho. Lo que esta vieja gloria del Arsenal vio como un posible camino hacia al éxito económico, finalmente, fue la puerta que se abrió para que dilapidara alrededor de 8 millones de euros, el dinero que supo ganar jugando a la pelota en la década del 90.

Paul Merson no sólo brilló en los “Gunners”, lo hizo en otros clubes, pero siempre eclipsado por un demonio interno: el juego.  “Tiene que haber algo mal en mí”, declaró una vez el ex volante. Sucede que cada vez que logró escaparse del juego desenfrenado, apenas lo hizo por meses. Su perdición comenzó de la manera más increíble: con su primer sueldo creyó ideal invertir en una casa de apuestas. De hecho, el ex delantero calificó su ansia de apostar como “insaciable”. La comparó con la adicción al crack: “la peor del mundo”. Las drogas y el alcohol ocuparon varios capítulos de su vida también. Merson es padre de siete hijos, estuvo un largo tiempo “felizmente casado”, sin embargo su adicción al juego lo marginó de quienes estuvieron a su lado.  En un documental reconoció no hacer más que pensar en cómo poder conseguir dinero para seguir apostando, y que a pesar de sus copiosas pérdidas, seguía recibiendo créditos y préstamos de corredores de apuestas.

En abril de 1999, jugando para Aston Villa de Inglaterra, Merson contó que una discusión con su esposa lo empujó a volver a beber, tras cuatro años de estar sobrio.